Prejuzgando el cesped

El Viejo no me caia muy bien, no se porque, simplemente no me caia muy bien. Es verdad que no lo conocía, quizá, solo quizá, habiamos cruzado alguna que otra palabra. En mi inconciente lo odiaba, en mi vida, solo no me caía bien. Aunque, repito, apenas lo conocía. Trabajamos en la misma oficina, solo nos separa una falsa pared de durlok. Y aunque yo pasaba un buen tiempo de mi día "laboral" del otro lado, nunca me moleste en hablarle ni hacer que me cayera bien.

Hoy, nuevamente, me ofrecí para hacer el llamado de la comida a un bar. Unos cuantos dijeron que querían que les pidiera. Es común que me ofrezca a hacer el pedido, es un momento donde dejo mi escritorio, relajo mi mente y aprovecho para pasear por la oficina. Generalmente hago chistes o comentarios respecto a los pedidos de los demás. "por que milanesas? todos piden bifes.... me podes hacer la vida mas facil pidiendo bifes?" o "Dale, no jodas, la levite es de mina". Nadie me da bola. Todos piden lo que se les canta.

Entre las cosas que mas odio que pidan, estan las ensaladas. Son de 5 ingredientes, y si varios piden, POR DIOS! explicarle al del bar que son 3 ensaladas de 5 ingredientes cada una y detallar CON EXACTITUD, para no ser linchado por los consales, cada una de ellas puede ser un trabajo muy duro.

Hoy una tenia que pedir una ensalada. Cuando vi de quien venía el pedido comenté - tu pedido es fácil, una ensalada de pasto...... traigame una ensalada de gramillón y grama bahiana-" . Y del fondo del pasillo se escucho una risa. Era el Viejo. Ahora si me cae bien.